lunes, 19 de abril de 2010
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Amigo lector, hace poco alguien me ayudó a recordar como mi vida era felizmente normal apenas unos meses atrás, hasta que llegó el póker, y con él un verguero de peos sin sentido en mi casa, insomnio, reducción máxima de mi vida social (que de por sí ya era mínima) y una amnesia temporal crónica conocida como el síndrome de ¿Quién coño era yo antes del Póker? Si padeces de alguno de estos síntomas, ¡¡¡¡NO TE PREOCUPES!!!!!, es porque has sido tocado espiritualmente por la gracia de la pokeradicción, y según cuentan, esto es sólo una enfermedad benigna que tiene a la ciencia más ocupada que el sida en la búsqueda de alguna cura.
Por lo pronto, no quisiera despedirme sin antes desearles mala suerte en nuestros próximos enfrentamientos y que la jugadera siga hasta que nos quedemos sin fichas….
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